Thursday, February 12, 2015

En la semana de San Valentin, la floricultura en Colombia no es una cama de rosas

La versión original de este articulo fue publicada en inglés en Latin Correspondent

Esta semana, rosas y claveles volarán de los estantes de tiendas alrededor del mundo en preparación para el Día de San Valentin el 14 de febrero.

Si estás en los EE.UU, fíjate en las etiquetas en los ramos de flores: es probable que fueran cultivadas en Colombia, que produce aproximadamente el 75 por ciento de las flores consumidas en los EE.UU. La industria, valorada en $1,3 mil millones, genera alrededor de 130.000 empleos en Colombia.
Aunque tal vez parezca un acontecimiento positivo en un país donde casi la mitad de la fuerza laboral trabaja en el sector informal, algunas de las trabajadoras de flores cuentan otra historia: una acerca del robo de sueldos, las largas jornadas, la intermediación laboral, la contaminación por pesticidas y la desintegración de la soberanía alimentaria mientras los monocultivos de flores van ocupando las tierras anteriormente utilizadas para cultivar diversos alimentos. 

“Esta semana las trabajadores están trabajando al punto de desmayarse,” dijo Josefa Gómez, ex trabajadora de flores y miembro de Cactus, una ONG colombiana que acompaña a las trabajadoras y los trabajadores de flores y sus familias en la sabana de Bogotá, donde se encuentra el 73 por ciento de los cultivos de flores colombianas.

“Trabajan todo el día, la noche y hasta el amanecer. Algunas de las trabajadoras se están desmayando y apenas se recuperan las mandan a seguir trabajando. Eso es para cumplir con el pedido de los EE.UU.”

300 flores en una hora
Según un recién informe de Cactus, los trabajadores de flores (la mayoría de los cuales son mujeres) normalmente son responsables por 70 camas de flores, que miden alrededor de 180 metros cuadrados – un aumento significativo en comparación con las 40 camas exigidas de las trabajadoras hace 20 años.

Después de sembrar las flores, cada trabajadora tiene que llevar a cabo los otros pasos involucrados en su producción. Estos incluyen podar, limpiar, cortar y abonchar las flores en ramas que luego son enfriadas y cargadas en vuelos directos a Miami. Desde allá los camiones refrigerados las llevan a sus destinos finales en las tiendas de venta al por menor en los EE.UU.

“Para cumplir con los pedidos las trabajadoras tienen que cortar 300 tallos por hora,” dijo Gómez. “El trabajo genera varias enfermedades como el túnel del carpo, problemas de columna, y cáncer de sangre y de piel por los químicos que usan para fumigar las plantas”.

Por el trabajo que realizan las trabajadoras reciben el sueldo mínimo mensual colombiano de 644.000 pesos o $275 dólares. Sin embargo, Cactus considera que sus sueldos verdaderos son menores, dado que a veces las dotaciones son descontadas de sus salarios. Además, a algunas trabajadas se les niega su cobertura médica pese a los pagos mensuales que les descuentan – y las trabajadoras que se lesionan en el trabajo suelen enfrentarse con dificultades para clasificar sus enfermedades como profesionales y no ordinarias, lo cual les niega asistencia la médica necesaria.

Detrás de la etiqueta
Los trabajos en la floricultura son por épocas, con cada vez más trabajadoras empleadas bajo contratos temporales que les niegan beneficios como la salud y las pensiones, dice Gómez. Durante la temporada alta entre el Día de San Valentín y el Día de la Madre, las trabajadoras trabajan jornadas de 16 a 22 horas, seis días a la semana, y luego cuando la demanda baja son despedidas o recompensadas con un periodo indefinido de “días de descanso” en lugar de las horas extras.

El uso de este tipo de contratos temporales es una violación directa del Plan de Acción Laboral entre EE.UU y Colombia, el cual pretendía mejorar la pésima situación laboral en Colombia como una precondición para la implementación del Tratado de Libre Comercio entre los dos países en el 2012. Además de privar a las trabajadoras de los beneficios que implican los contratos directos y un canal de reclamos con un empleador directo en el caso de que se encuentren en una situación laboral abusiva, la rampante intermediación laboral complica la legitimidad de los certificados del comercio justo.

La Asociación de Floricultores de Colombia (Asocoflores) creó un certificado y programa de capacitación de comercio justo que se llama Florverde Flores Sostenibles, y asevera que implementa buenos estándares laborales y ambientales que incluyen una prohibición en el uso de los pesticidas prohibidos por la Organización Mundial de Salud y otras autoridades ambientales de los EE.UU y la Unión Europea.

Florverde dice que aproximadamente 2.000 mil hectáreas de 6.500 hectáreas de los cultivos de flores en Colombia son actualmente certificados, y las ramas florales Florverde (que solo requieren contener el 70 por ciento de flores Florverde para llevar su sello) son vendidas en Walmart y Costco en los EE.UU. Pero con tantas subsidiarias, empleadores temporales y otras formas de intermediación laboral en Colombia, es imposible saber si todas las condiciones de Florverde realmente son cumplidas por toda la cadena de producción.

“Las visitas a fincas preseleccionadas y el certificado dan una imagen limitada a lo que pasa en ciertas fincas, en lugar de las realidades para las trabajadores en el resto del sector. Es una imagen que las empresas usan para vender más de su producto, pero ninguna de esas ganancias llegan a las trabajadoras” dijo Gomez.

Dilo con las trabajadoras de flores
Como parte de su campaña de educación alrededor de las condiciones laborales y ambientales en la floricultura colombiana, Cactus celebrará el 14 de febrero como el Día Internacional de Las Trabajadoras y Los Trabajadores de las Flores y espera que pueda ser una oportunidad para los consumidores en el extranjero apoyar a las trabajadoras colombianas a través de exigir mejores estándares laborales y ambientales, además de reflexionar en los impactos duraderos en de los modelos monocultivos de desarrollo en las economías locales.

“Los consumidores en EE.UU tienen el poder de ayudar a los trabajadores a conseguir contratos directos y mejores condiciones. Pueden presionar a sus representantes en el Congreso para mejorar las condiciones para los trabajadores,” dijo Gómez.

“Que viva el Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores de flores,” escribió Cactus en un comunicado, “Porque todos juntos somos más importantes que miles de flores.”

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